La Zona de Protección Especial del Valle del Côa, clasificada en 1999, incluye, esencialmente, la cuenca terminal del río Côa, una zona de relieve montañoso, cuyas laderas empinadas se extienden a lo largo de este cauce y del río Massueime. Por eso, es un lugar ideal para la avifauna rupícola, que busca afloramientos para habitar, entre las cuales destacan las poblaciones de alimoche común (Neophron percnopterus), de collalba negra (Oenanthe leucura), de águila real (Aquila chrysaetos), de buitre leonado (Gyps fulvus) y de águila perdicera (Aquila fasciata).
Esta zona protegida se caracteriza por su poca vegetación natural, donde predominan las matas preforestales, los alcornoques, las encinas y los enebros. Estas matas son entornos convenientes para las poblaciones de aves pequeñas, es decir, paseriformes, como la curruca tomillera, (Sylvia conspicillata).
Los principales sectores de actividad que influyen en el paisaje son el pastoreo y el cultivo de olivares, almendrales y viñedos, los cuales contribuyen a crear un mosaico de hábitats.
Dentro de la Zona de Protección Especial se encuentra la Reserva de Faia Brava, la primera reserva privada en Portugal, creada en 2010 con el propósito fundamental de proteger al alimoche común y al águila perdicera, especies en peligro de extinción. Tiene una extensión de 5 kilómetros, está compuesta por terrenos adquiridos para la conservación de la naturaleza y la biodiversidad.